—¿Qué pasa si la mujer no está dispuesta a venir conmigo a esta tierra? —respondió el criado—. ¿Debo entonces llevar a su hijo hasta la tierra de donde usted vino?
si con fidelidad, justicia y rectitud juras diciendo: “Tan cierto como que el Señor vive”, entonces en él serán benditas las naciones y en él se gloriarán».