Levántate y tómalo de la mano, que yo haré de él una gran nación».
Pero también del hijo de la esclava haré una gran nación, porque es descendiente tuyo».
De tal manera multiplicaré tu descendencia que no se podrá contar.
En cuanto a Ismael, ya te he escuchado. Yo lo bendeciré, lo haré fecundo y le daré una descendencia numerosa. Él será el padre de doce gobernantes. Haré de él una nación muy grande.
Pero el ángel del Señor la encontró junto a un manantial en el desierto, el cual está en el camino a la región de Sur,
pero en ese momento el ángel del Señor le gritó desde el cielo: —¡Abraham! ¡Abraham! —Aquí estoy —respondió.