—Tu esclava está en tus manos —contestó Abram—, haz con ella lo que bien te parezca. Y de tal manera comenzó Saray a maltratar a Agar que esta huyó de su presencia.
De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, cada uno trate a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes.
Y en efecto, el faraón se enteró de lo sucedido y trató de matar a Moisés; pero Moisés huyó del faraón y se fue a la tierra de Madián, donde se asentó junto a un pozo.