Lot levantó la vista y observó que todo el valle del Jordán era tierra de regadío, como el jardín del Señor o como la tierra de Egipto en dirección a Zoar. Así era antes de que el Señor destruyera a Sodoma y a Gomorra.
Toda ella será un desperdicio ardiente de sal y de azufre, donde nada podrá plantarse, nada germinará y ni siquiera la hierba crecerá. Será como cuando el Señor destruyó con el furor de su ira las ciudades de Sodoma y Gomorra, Admá y Zeboyín.
»¿Cómo podría yo entregarte, Efraín? ¿Cómo podría abandonarte, Israel? ¿Cómo puedo entregarte como a Admá? ¿Cómo puedo hacer contigo como con Zeboyín? Dentro de mí, el corazón me da vuelcos, y se me conmueven las entrañas.
Mi corazón grita por Moab; sus fugitivos huyen hasta Zoar, hasta Eglat Selisiyá. Suben llorando por la cuesta de Luhit; ante el desastre, gritan desesperados por el camino de Joronayin.
»El clamor de Hesbón llega hasta Elalé y Yahaza, su voz se alza desde Zoar hasta Joronayin y Eglat Selisiyá. Porque hasta las aguas de Nimrín se han secado.
Abram se quedó a vivir en la tierra de Canaán, mientras que Lot se fue a vivir entre las ciudades del valle, estableciendo su tienda de campaña cerca de la ciudad de Sodoma.