Entonces Abram levantó de allí su tienda de campaña y se fue a vivir cerca de Hebrón, junto al bosque de encinas de Mamré. Allí erigió un altar al Señor.
El Señor se apareció a Abraham junto al bosque de encinas de Mamré, cuando Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda de campaña a la hora más calurosa del día.
Uno de los que habían escapado informó todo esto a Abram el hebreo, que estaba acampando junto al bosque de encinas de Mamré el amorreo. Mamré era hermano de Escol y de Aner, y estos eran aliados de Abram.
Subieron por el Néguev y llegaron a Hebrón, donde vivían Ajimán, Sesay y Talmay, descendientes de Anac. (Hebrón había sido fundada siete años antes que la ciudad egipcia de Zoán).
Israel continuó: —Vete a ver si tus hermanos y el rebaño están bien y tráeme noticias frescas. Y lo envió desde el valle de Hebrón. Cuando José llegó a Siquén,
Cuando llegaron al lugar señalado por Dios, Abraham construyó un altar y preparó la leña. Después ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña.
De acuerdo con lo ordenado por el Señor, Josué dio a Caleb, hijo de Jefone, una porción del territorio asignado a Judá. Esa porción es Quiriat Arbá, es decir, Hebrón. Arbá fue un ancestro de los anaquitas.
Pasado algún tiempo, David consultó al Señor: —¿Debo ir a alguna de las ciudades de Judá? —Sí, debes ir —respondió el Señor. —¿Y a qué ciudad quieres que vaya? —A Hebrón.