Ellos pastorearán a Asiria con la espada y a la tierra de Nimrod con la daga. Si Asiria llegara a invadir nuestro país, si llegara a cruzar nuestras fronteras, ¡él nos rescatará!
Asiria no podrá salvarnos; no montaremos caballos de guerra. Nunca más llamaremos “dios nuestro” a cosas hechas por nuestras manos, pues en ti el huérfano halla compasión».
se presentaron ante Zorobabel y ante los jefes de familia y les dijeron: —Permítannos participar en la reconstrucción, pues nosotros, al igual que ustedes, hemos buscado a su Dios y le hemos ofrecido holocaustos desde el día en que Esarjadón, rey de Asiria, nos trajo acá.