De hecho, aunque tuvieran ustedes miles de tutores en Cristo, padres sí que no tienen muchos, porque mediante el evangelio yo fui el padre que los engendró en Cristo Jesús.
Además, el rey dio esta orden a Joab, Abisay e Itay: —Por consideración a mí, traten con respeto al joven Absalón. Y todas las tropas oyeron las instrucciones que el rey dio a cada uno de sus comandantes acerca de Absalón.
Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.