»” ’Cuando eso suceda, la única región donde no habrá tábanos será la de Gosén, porque allí vive mi pueblo. Así sabrás que yo, el Señor, estoy en este país.
Y así lo hizo el Señor. Densas nubes de tábanos irrumpieron en el palacio del faraón y en las casas de sus funcionarios y por todo Egipto. Por causa de los tábanos, el país quedó arruinado.
»Los jefes de Israel te harán caso. Entonces ellos y tú se presentarán ante el rey de Egipto y dirán: “El Señor, Dios de los hebreos, ha venido a nuestro encuentro. Déjanos hacer un viaje de tres días al desierto, para ofrecerle sacrificios al Señor nuestro Dios”.
Eliseo contestó: —Oigan la palabra del Señor que dice así: “Mañana a estas horas, a la entrada de Samaria, podrá comprarse un seah de harina refinada con un siclo de plata y hasta dos seahs de cebada por el mismo precio”.