Los magos, recurriendo a sus artes secretas, trataron también de producir mosquitos, pero no pudieron. Mientras tanto, los mosquitos picaban a hombres y animales.
Sin embargo, a la mañana siguiente se levantó muy preocupado, mandó llamar a todos los magos y sabios de Egipto, y les contó los dos sueños. Pero nadie se los pudo interpretar.