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Referencias Cruzadas

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Éxodo 40:34

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

En ese instante, la nube cubrió la Tienda de reunión y la gloria del Señor llenó el santuario.

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28 Referencias Cruzadas  

El templo se llenó del humo que procedía de la gloria y del poder de Dios; nadie podía entrar allí hasta que se terminaran las siete plagas de los siete ángeles.

Tan lleno de su gloria estaba el Templo del Señor que los sacerdotes no podían entrar en él.

y allí también me reuniré con los israelitas. Mi gloriosa presencia consagrará ese lugar.

Cuando ya estaba por amanecer, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos:

Dijo el Señor a Moisés: «Dile a tu hermano Aarón que no entre a cualquier hora en la parte del santuario que está detrás de la cortina, es decir, delante de la tapa que está sobre el arca, no sea que muera cuando yo aparezca en la nube por encima de la tapa del arca.

En cuanto Moisés entraba en ella, la columna de nube descendía y se detenía en la entrada, mientras el Señor hablaba con Moisés.

Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está el santuario de Dios! Él habitará en medio de ellos y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.

“El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera”, dice el Señor de los Ejércitos. “Y en este lugar concederé la paz”», afirma el Señor de los Ejércitos.

Haré temblar a todas las naciones y lo deseado por todas ellas llegará aquí. Así llenaré de esplendor este Templo”, dice el Señor de los Ejércitos.

Al sonido de sus voces se estremecieron los umbrales de las puertas y el Templo se llenó de humo.

Los trompetistas y los cantores alababan y daban gracias al Señor al son de trompetas, címbalos y otros instrumentos musicales. Y, cuando tocaron y cantaron al unísono: «Él es bueno; su gran amor perdura para siempre», una nube cubrió el Templo del Señor.

»Después me harán un santuario, para que yo habite entre ustedes.

el pueblo de Israel. De ellos son la adopción como hijos, la gloria divina, los pactos, la Ley, el privilegio de adorar a Dios y el de contar con sus promesas.

Cuando Moisés entró en la Tienda de reunión para hablar con el Señor, escuchó su voz de entre los dos querubines, desde la cubierta de la tapa que estaba sobre el arca con las tablas del pacto. Así hablaba el Señor con Moisés.

Desde el día en que liberé a los israelitas de Egipto y hasta el día de hoy, no he habitado en casa alguna, sino que he andado de acá para allá, en una tienda a manera de santuario.

Entonces la gloria del Señor, que estaba sobre los querubines, se elevó y se dirigió hacia el umbral del Templo. La nube llenó el Templo, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del Señor.

Mientras Aarón hablaba con toda la comunidad israelita, volvieron la mirada hacia el desierto, y vieron que la gloria del Señor se hacía presente en una nube.

Señor, yo amo la casa donde vives, el lugar donde reside tu gloria.

Porque lo dice el Alto y Excelso, el que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.




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