Cuando Moisés terminó de levantar el santuario, lo consagró ungiéndolo junto con todos sus utensilios. También ungió y consagró el altar y sus utensilios.
El Señor habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en la Tienda de reunión, el día primero del mes segundo, en el segundo año después de que los israelitas salieron de Egipto. Le dijo:
Muele parte de la mezcla hasta hacerla polvo y colócala en la Tienda de reunión, frente al arca con las tablas del pacto, donde yo me reuniré contigo. Este incienso será para ustedes algo muy sagrado,
Aarón y sus hijos deberán mantenerlas encendidas toda la noche en presencia del Señor, en la Tienda de reunión, fuera de la cortina que está ante el arca con las tablas del pacto. Este será un estatuto perpetuo entre los israelitas por todas las generaciones.
El día en que se armó el santuario, es decir, la tienda donde se guardan las tablas del pacto, la nube lo cubrió y durante toda la noche cobró apariencia de fuego hasta el amanecer.
Desde el día en que liberé a Israel hasta el día de hoy, no he habitado en casa alguna, sino que he ido de campamento en campamento y de tienda en tienda.
En el año veinticinco de nuestro exilio, al comienzo del año, el día diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad; ese mismo día la mano del Señor vino sobre mí y me llevó allá.
»”Así dice el Señor y Dios: El día primero del mes primero tomarás un novillo sin defecto y lo ofrecerás como sacrificio para purificar de pecado el santuario.