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Referencias Cruzadas

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Éxodo 4:31

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

por lo que el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había estado pendiente de ellos y había visto su aflicción, los israelitas se postraron y adoraron al Señor.

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27 Referencias Cruzadas  

»Los jefes de Israel te harán caso. Entonces ellos y tú se presentarán ante el rey de Egipto y dirán: “El Señor, Dios de los hebreos, ha venido a nuestro encuentro. Déjanos hacer un viaje de tres días al desierto, para ofrecerle sacrificios al Señor nuestro Dios”.

Los que están sobre las piedras son los que reciben la palabra con alegría cuando la oyen, pero no tienen raíz. Estos creen por algún tiempo, pero se apartan cuando llega la prueba.

responderán: “Este sacrificio es la Pascua del Señor, que en Egipto pasó de largo por las casas israelitas. Hirió de muerte a los egipcios, pero salvó la vida de nuestras familias”». Al oír esto, los israelitas se postraron y adoraron al Señor,

»Y tú, anda, reúne a los jefes de Israel y diles: “El Señor, Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo he estado pendiente de ustedes. He visto cómo los han maltratado en Egipto.

Fue así como Dios se fijó en los israelitas y los tomó en cuenta.

Entonces el criado de Abraham se arrodilló y postrado ante el Señor

Luego David animó a toda la asamblea: «¡Alaben al Señor su Dios!». Entonces toda la asamblea alabó al Señor, Dios de sus antepasados, y se postró ante el Señor y ante el rey.

Pero el Señor siguió diciendo: —Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces y conozco bien sus penurias.

«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a redimir a su pueblo.

Josafat y todos los habitantes de Judá y de Jerusalén se postraron rostro en tierra y adoraron al Señor.

Al oír que Dios le hablaba, Abram cayó rostro en tierra y Dios continuó diciendo:

Lea quedó embarazada y dio a luz un hijo, al que llamó Rubén, porque dijo: «El Señor ha visto mi aflicción; ahora sí me amará mi esposo».

Tiempo después, José dijo a sus hermanos: «Yo estoy a punto de morir, pero, sin duda, Dios vendrá a ayudarlos y los llevará de este país a la tierra que prometió a Abraham, Isaac y Jacob».

—Esto es para que crean que yo el Señor, el Dios de sus antepasados, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me he aparecido a ti.

Y al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado en contra de los egipcios, temieron al Señor y creyeron en él y en su siervo Moisés.

y todo el pueblo respondió a una sola voz: «Cumpliremos con todo lo que el Señor nos ha ordenado». Así que Moisés llevó al Señor la respuesta del pueblo

y el Señor dijo: —Voy a presentarme ante ti en medio de una densa nube, para que el pueblo me oiga hablar contigo y también tenga siempre confianza en ti. Moisés refirió al Señor lo que el pueblo le había dicho

Enseguida Moisés se postró en tierra y adoró al Señor.

Noemí decidió regresar de la tierra de Moab con sus dos nueras, porque allí se enteró de que el Señor había acudido en ayuda de su pueblo al proveerle de alimento.

Entonces Esdras bendijo al Señor, el gran Dios. Y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: «¡Amén y amén!». Luego adoraron al Señor, postrándose rostro en tierra.

Y esa tierra pertenecerá al remanente del pueblo de Judá. Allí pastarán sus ovejas y al atardecer se echarán a descansar en las casas de Ascalón; porque los cuidará el Señor su Dios para restaurarlos.

Cuando los israelitas veían que la columna de nube se detenía a la entrada de la Tienda de reunión, todos ellos se postraban a la entrada de su tienda de campaña y adoraban.

Al ver los israelitas que el fuego descendía y que la gloria del Señor se posaba sobre el Templo, cayeron de rodillas al piso y, postrándose rostro en tierra, alabaron al Señor diciendo: «Él es bueno; su gran amor perdura para siempre».

Él se apoya en la fuerza humana, mientras que nosotros contamos con el Señor nuestro Dios, quien nos brinda su ayuda y pelea nuestras batallas». Al oír las palabras de Ezequías, rey de Judá, el pueblo se tranquilizó.

Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza y se dejó caer al suelo en actitud de adoración.




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