y eran doce piedras, una por cada uno de los hijos de Israel. Cada una llevaba grabada como un sello el nombre de una de las doce tribus.
Tenía una muralla grande y alta, y doce puertas custodiadas por doce ángeles en las que estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel.
Un joyero grabará los nombres en las dos piedras, como los orfebres graban sellos: engarzará las piedras en filigrana de oro
en la cuarta, un topacio, un ónice y un jaspe. Estaban engarzadas en engastes de filigrana de oro;
Para el pectoral se hicieron cadenillas de oro puro en forma de cordón.