Desde el día en que liberé a los israelitas de Egipto y hasta el día de hoy, no he habitado en casa alguna, sino que he andado de acá para allá, en una tienda a manera de santuario.
El día en que se armó el santuario, es decir, la tienda donde se guardan las tablas del pacto, la nube lo cubrió y durante toda la noche cobró apariencia de fuego hasta el amanecer.
En lo que atañe a la Tienda de reunión, los guersonitas tenían a su cargo la tienda que cubría el santuario, su toldo, la cortina que estaba a la entrada,
»A la entrada del atrio habrá una cortina de veinte codos de largo, de lana color azul, carmesí, escarlata y tela de lino fino, bordada artísticamente; además, cuatro postes y cuatro bases.
La cortina a la entrada del atrio era de lana color azul, carmesí, escarlata y tela de lino fino, bordada artísticamente. Medía veinte codos de largo por cinco codos de alto, como las cortinas del atrio,
»El pectoral para impartir justicia lo bordarás artísticamente, con hilo de oro, lana color azul, carmesí, escarlata y tela de lino fino, tal como hiciste con el efod.