Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está el santuario de Dios! Él habitará en medio de ellos y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.
Esto nos ilustra hoy día que las ofrendas y los sacrificios que allí se ofrecen no tienen poder alguno para perfeccionar la conciencia de los que celebran ese culto.
Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Una vez instalado en su palacio, David dijo al profeta Natán: —¡Aquí me tienes, habitando un palacio de cedro, mientras que el arca del pacto del Señor se encuentra bajo una tienda!
Los ha llenado de gran sabiduría para realizar toda clase de artesanías, diseños y recamados en lana púrpura, carmesí y escarlata y tela de lino. Son expertos tejedores y hábiles artesanos en toda clase de labores y diseños.
En lo que atañe a la Tienda de reunión, los guersonitas tenían a su cargo la tienda que cubría el santuario, su toldo, la cortina que estaba a la entrada,
Entonces el rey dijo al profeta Natán: —Como puedes ver, yo habito en un palacio de cedro, mientras que el arca de Dios se encuentra bajo el toldo de una tienda.
Martillaron finas láminas de oro, y las cortaron en hebras para entretejerlas artísticamente con la lana color azul, carmesí, escarlata y la tela de lino.
Llevarán las cortinas del santuario, la Tienda de reunión, su toldo, la cubierta de piel resistente que va encima y la cortina de la entrada a la Tienda de reunión.