Por eso Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del verdadero santuario, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro.
«Como león que sale de la espesura del Jordán hacia praderas de verdes pastos, en un instante espantaré de su tierra a los de Edom. ¿Quién es el elegido que nombraré para esto? Porque, ¿quién como yo? ¿Quién me puede desafiar? ¿Qué pastor se me puede oponer?».
De entre ellos surgirá su líder; uno de ellos será su gobernante. Lo acercaré hacia mí y él estará a mi lado, pues ¿quién arriesgaría su vida por acercarse a mí?”, afirma el Señor.
y respondió a Coré y a todo su grupo: —Mañana el Señor mostrará quién es suyo y quién es santo. Será él quien declare quién es su escogido, y hará que se le acerque.
El Señor dijo a Moisés: «Sube al monte y preséntate ante mí, junto con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los jefes de Israel. Ellos podrán adorar a cierta distancia,
Pon límites alrededor del monte para que el pueblo no pase. Diles que no suban al monte, y que ni siquiera pongan un pie en él, pues cualquiera que lo toque será condenado a muerte.