Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, hijo de Nun, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de reunión.
Un día, Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, y llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto hasta llegar a Horeb, la montaña de Dios.
al cual subió Moisés para encontrarse con Dios. Y desde allí lo llamó el Señor y le dijo: «Anúnciale esto al pueblo de Jacob; declárale esto al pueblo de Israel: