Él arrojó al mar los carros y el ejército del faraón. Los mejores oficiales egipcios se ahogaron en el mar Rojo.
Contigo destrozo jinetes y caballos; contigo destrozo carros de guerra y sus conductores.
Miriam les cantaba así: Canten al Señor, que se ha coronado de triunfo arrojando al mar caballos y jinetes.
Tú, y solo tú, eres de temer. ¿Quién puede hacerte frente cuando se enciende tu enojo?