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Referencias Cruzadas

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Éxodo 11:8

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Todos estos funcionarios tuyos vendrán a verme y de rodillas me suplicarán: “¡Vete ya, con todo el pueblo que te sigue!”. Cuando esto suceda, me iré». Y ardiendo de ira, salió Moisés de la presencia del faraón,

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18 Referencias Cruzadas  

Ante la respuesta de Sadrac, Mesac y Abednego, Nabucodonosor se puso muy furioso y cambió su actitud hacia ellos. Mandó entonces que se calentara el horno siete veces más de lo normal,

El Espíritu me levantó y se apoderó de mí. Y me fui amargado y enardecido en mi espíritu, mientras la mano del Señor me sujetaba con fuerza.

Voy a hacer que los de la sinagoga de Satanás, esos que se autodenominan judíos y no lo son porque mienten, vayan a postrarse a tus pies y reconozcan que yo te he amado.

Jesús se les quedó mirando, enojado y entristecido por lo obstinados que eran, y dijo al hombre: —Extiende la mano. Así que la extendió y la mano quedó restablecida.

Haré que tus opresores se coman su propia carne y se embriaguen con su propia sangre, como si fuera vino. Toda la humanidad sabrá entonces que yo, el Señor, soy tu Salvador; que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu Redentor».

Los reyes te adoptarán como hijo y sus reinas serán tus nodrizas. Se postrarán ante ti rostro en tierra y lamerán el polvo que tú pises. Sabrás entonces que yo soy el Señor y que no quedarán avergonzados los que en mí confían».

No me reprendas, Señor, en tu ira; no me castigues en tu furor.

Fue así como los reyes de Israel, Judá y Edom se pusieron en marcha. Durante siete días anduvieron por el desierto, hasta que el ejército y los animales se quedaron sin agua.

Entonces Ben Adad le envió otro mensaje a Acab: «Que los dioses me castiguen sin piedad si queda en Samaria el polvo suficiente para que mis hombres se lleven un puñado».

Allí Gedeón dijo a la gente de Sucot: —Denles pan a mis soldados, están agotados y todavía estoy persiguiendo a Zeba y a Zalmuna, los reyes de Madián.

donde él convocó a las tribus de Zabulón y Neftalí. Diez mil hombres se pusieron a sus órdenes y también Débora subió con él.

Enviaré a que los consuman el hambre, la pestilencia nauseabunda y la plaga mortal. Lanzaré contra ellos los colmillos de las fieras y el veneno de las víboras que se arrastran por el polvo.

Todas las naciones preguntarán: «¿Por qué trató así el Señor a esta tierra? ¿Por qué derramó con tanto ardor su furia sobre ella?».

Moisés era muy humilde, más humilde que cualquier otro sobre la tierra.

Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey y se mantuvo firme, pues había visto a aquel que es invisible.

—¡Bien dicho! —respondió Moisés—. ¡Jamás volveré a verte!

Cuando oí sus palabras de protesta, me enojé muchísimo.




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