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Referencias Cruzadas

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Éxodo 11:10

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Moisés y Aarón realizaron ante el faraón todas estas maravillas; pero el Señor endureció el corazón del faraón, y este no dejó salir de su país a los israelitas.

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17 Referencias Cruzadas  

El Señor había advertido a Moisés: «Cuando vuelvas a Egipto, asegúrate de hacer ante el faraón todos los prodigios que te he dado el poder de realizar. Yo, por mi parte, endureceré su corazón para que no deje ir al pueblo.

Pero el Señor endureció el corazón del faraón, y este no quiso dejarlos ir,

Pero el Señor endureció el corazón del faraón y este no dejó que los israelitas se fueran.

¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los que eran objeto de su castigo y estaban destinados a la destrucción?

Profunda es su sabiduría, vasto su poder. ¿Quién puede desafiarlo y salir bien librado?

¿Por qué se van a obstinar como lo hicieron los egipcios y el faraón? ¿No es cierto que Dios tuvo que hacerles daño para que dejaran ir a los israelitas?

Pero Sijón, rey de Hesbón, se negó a dejarnos pasar por allí, porque el Señor nuestro Dios había puesto obstinación en su espíritu y lo había puesto terco, para hacerlo súbdito nuestro, como lo es hasta hoy.

«Les ha cegado los ojos y endurecido el corazón, para que no vean con los ojos ni entiendan con el corazón ni se arrepientan; y yo los sane».

Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla y endurece a quien él quiere endurecer.

Yo endureceré el corazón del faraón y, aunque haré muchas señales milagrosas y prodigios en Egipto,

Pero el Señor endureció el corazón del faraón y, tal como el Señor se lo había advertido a Moisés, no quiso el faraón saber nada de Moisés ni de Aarón.

En Egipto el Señor habló con Moisés y Aarón. Les dijo:

porque el Señor endureció el corazón de los enemigos para que entablaran guerra con Israel. Así serían exterminados sin compasión alguna, como el Señor había ordenado a Moisés.

¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te temamos? Vuelve por amor a tus siervos, por las tribus que son tu herencia.

Yo sé bien que el rey de Egipto no va a dejarlos ir, a no ser por la fuerza.




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