Las parteras respondieron: —Resulta que las hebreas no son como las egipcias, sino que están llenas de vida y dan a luz antes de que lleguemos.
David respondió: —Vengo por orden del rey, pero nadie debe saber a qué me ha enviado ni cuál es esa orden. En cuanto a mis hombres, ya les he indicado dónde encontrarnos.
Entonces el rey de Egipto mandó llamar a las parteras y les preguntó: —¿Por qué han hecho esto? ¿Por qué han dejado con vida a los varones?
De este modo los israelitas se hicieron más numerosos y más fuertes. Además, Dios trató muy bien a las parteras