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Referencias Cruzadas

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Esdras 9:8

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

»Pero ahora tú, Señor y Dios nuestro, por un breve momento nos has mostrado tu bondad al permitir que un remanente quede en libertad y se establezca en tu santuario. Has permitido que nuestros ojos vean una nueva luz y nos has concedido un pequeño alivio en medio de nuestra esclavitud.

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36 Referencias Cruzadas  

Señor y Dios mío, mírame y respóndeme; ilumina mis ojos. Así no caeré en el sueño de la muerte;

Después de dos días nos dará vida nuevamente; al tercer día nos levantará, y así viviremos en su presencia.

Señor, he sabido de tu fama; tiemblo delante de tus obras, Señor. Repítelas en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo; en tu ira, ten presente tu misericordia.

Porque lo dice el Alto y Excelso, el que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.

¿No volverás a darnos nueva vida para que tu pueblo se regocije en ti?

Al que salga vencedor lo haré columna del templo de mi Dios y ya no saldrá jamás de allí. Sobre él escribiré el nombre de mi Dios y el nombre de la nueva Jerusalén, ciudad de mi Dios, la que baja del cielo de parte de mi Dios; también grabaré sobre él mi nombre nuevo.

Isaías, por su parte, proclama respecto a Israel: «Aunque los israelitas sean tan numerosos como la arena del mar, solo el remanente será salvo;

De Judá saldrán la piedra angular y la estaca de la tienda de campaña, el arco de guerra y todo gobernante.

»“Habrá paz cuando se siembre y las vides darán su fruto; la tierra producirá sus cosechas y el cielo enviará su rocío. Todo esto se lo daré como herencia al remanente de este pueblo.

»Así dice el Señor de los Ejércitos: “Al remanente de este pueblo podrá parecerle maravilloso en aquellos días, ¿pero también a mí me parecerá maravilloso?”, afirma el Señor de los Ejércitos.

Sin embargo, quedarán algunos sobrevivientes que serán liberados y harán salir del exilio a sus hijos y a sus hijas. Cuando lleguen adonde están ustedes, y ustedes vean su conducta y sus obras, se consolarán del desastre que envié contra Jerusalén y de todo lo que hice contra ella.

No escapará ninguno del remanente de Judá que se fue a vivir a Egipto ni sobrevivirá para volver a Judá. Aunque deseen y añoren volver a vivir en Judá, no podrán regresar, salvo algunos fugitivos”».

y dijeron al profeta Jeremías: —Por favor, atiende a nuestra súplica y ruega al Señor tu Dios por todo este remanente. Como podrás darte cuenta, antes éramos muchos, pero ahora quedamos solo unos cuantos.

les concederé ver grabado su nombre dentro de mi Templo y de mis murallas; ¡eso les será mejor que tener hijos e hijas! También les daré un nombre eterno que jamás será borrado.

Si el Señor de los Ejércitos no nos hubiera dejado un remanente de sobrevivientes, seríamos ya como Sodoma, nos pareceríamos a Gomorra.

Las palabras de los sabios son como aguijones. Como clavos bien puestos son sus colecciones de dichos, dados por un solo pastor.

Aunque pase por grandes angustias, tú me darás vida; contra el furor de mis enemigos extenderás la mano: ¡tu mano derecha me pondrá a salvo!

Los que lo miran están radiantes; jamás su rostro se cubre de vergüenza.

para salvarnos de la tumba, para que la luz de la vida nos alumbre.

Sin embargo, es tal tu compasión que no los destruiste ni abandonaste, porque eres Dios misericordioso y compasivo.

Señor, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor de este hombre». En aquel tiempo yo era copero del rey.

Aunque somos esclavos, no nos has abandonado, Dios nuestro, sino que nos has extendido tu misericordia a la vista de los reyes de Persia. Nos has dado nueva vida para reedificar tu Templo y reparar sus ruinas, y nos has dado un muro de protección en Judá y en Jerusalén.

Tal vez el Señor tu Dios oiga todas las palabras del comandante en jefe, a quien su señor, el rey de Asiria, envió para insultar al Dios viviente. ¡Que el Señor tu Dios lo castigue por las palabras que ha oído! Eleva, pues, una oración por el remanente del pueblo que aún sobrevive”».

—Mi padre ha causado un gran daño al país —respondió Jonatán—. Miren cómo me volvió el color al rostro cuando probé un poco de esta miel.

Sin embargo, Jonatán, que no había oído a su padre poner al ejército bajo juramento, alargó la vara que llevaba en la mano, hundió la punta en un panal de miel y se la llevó a la boca. Enseguida se le iluminó el rostro.

Algo en común tienen el pobre y el opresor: a los dos el Señor les ha dado la vista.

Cuando el Señor te haga descansar de tu sufrimiento, de tu tormento y de la cruel esclavitud a la que fuiste sometido,

así no dirá mi enemigo: «Lo he vencido»; así mi adversario no se alegrará de mi caída.

Y, si aún queda en la tierra una décima parte, esta volverá a ser devastada. Pero así como al talar la encina y el roble queda parte del tronco, esa parte es el linaje santo.

Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que se refugia en el nombre del Señor.




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