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Referencias Cruzadas

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Esdras 2:68

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Cuando llegaron al Templo del Señor en Jerusalén, algunos jefes de familia dieron donativos para que se reconstruyera el Templo de Dios en el mismo sitio.

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20 Referencias Cruzadas  

Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.

Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían y aún más de lo que podían,

Entonces les entregó todas las ofrendas que los israelitas habían llevado para realizar la obra del servicio del santuario. Pero el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias mañana tras mañana.

Todos los israelitas que se sintieron movidos a hacerlo, lo mismo hombres que mujeres, presentaron al Señor ofrendas voluntarias para toda la obra que el Señor, por medio de Moisés, había mandado hacer.

Porque, si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene y no según lo que no tiene.

Tus tropas estarán dispuestas cuando manifiestes tu poder, ordenadas en santa majestad. De las entrañas de la aurora recibirás el rocío de tu juventud.

A pesar del miedo que tenían de los pueblos vecinos, colocaron el altar en su mismo sitio. Y todos los días, por la mañana y por la tarde, ofrecían holocaustos al Señor.

Salomón comenzó a construir el templo del Señor en el monte Moria, en Jerusalén, donde el Señor había aparecido a su padre David. Lo construyó en el lugar que David había destinado, esto es, en el lugar donde Arauna el jebuseo limpiaba el trigo.

Entonces dijo David: «Aquí se levantará el templo de Dios el Señor y el altar donde Israel ofrecerá el holocausto».

Entonces el ángel del Señor dijo a Gad: «Dile a David que suba y construya un altar para el Señor en el lugar donde Arauna el jebuseo limpia el trigo».

«Ordénales a los israelitas que me traigan una ofrenda. La deben presentar todos los que sientan deseos de traérmela.

cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte burros.

De acuerdo con sus capacidades económicas dieron, para la obra de reconstrucción, sesenta y un mil dáricos de oro, cinco mil minas de plata y cien túnicas sacerdotales.

Todos los que deseaban, y que en su interior se sintieron movidos a hacerlo, llevaron una ofrenda al Señor para las obras en la Tienda de reunión, para todo su servicio y para las vestiduras sagradas.

Aunque somos esclavos, no nos has abandonado, Dios nuestro, sino que nos has extendido tu misericordia a la vista de los reyes de Persia. Nos has dado nueva vida para reedificar tu Templo y reparar sus ruinas, y nos has dado un muro de protección en Judá y en Jerusalén.




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