Esdras 1:5

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Entonces los jefes de familia de Benjamín y de Judá, junto con los sacerdotes y levitas, es decir, con todos aquellos en cuyo espíritu Dios puso el deseo de construir el templo del Señor, se dispusieron a subir a Jerusalén.

Referencias Cruzadas

Esdras 1:1

En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el Señor movió el espíritu del rey para que promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera la palabra del Señor por medio del profeta Jeremías. Tanto oralmente como por escrito, el rey decretó lo siguiente:

Filipenses 2:13

pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.

2 Corintios 8:16

Gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma preocupación que yo tengo por ustedes.

Nehemías 2:12

salí de noche acompañado de algunos hombres, pero a ninguno de ellos le conté lo que mi Dios había puesto en mi corazón hacer por Jerusalén. La única bestia que llevábamos era la que yo montaba.

2 Crónicas 36:22

En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el Señor movió el espíritu del rey para que promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera la palabra del Señor por medio del profeta Jeremías. Tanto oralmente como por escrito, el rey decretó lo siguiente:

3 Juan 1:11

Querido hermano, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios.

Proverbios 16:1

El ser humano hace planes, pero la palabra final la tiene el Señor.

Esdras 1:2

«Esto es lo que ordena Ciro, rey de Persia: »El Señor, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en Judá.

Esdras 1:4

También ordeno que los habitantes de cada lugar donde haya judíos sobrevivientes los ayuden dándoles plata y oro, bienes y ganado, y ofrendas voluntarias para el templo de Dios en Jerusalén».

Hageo 1:14

Y el Señor inquietó el espíritu de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac; también el espíritu del resto del pueblo. Así que vinieron y empezaron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor de los Ejércitos.