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Referencias Cruzadas

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Efesios 3:8

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Aunque soy el más insignificante de todos los creyentes, recibí esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo

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33 Referencias Cruzadas  

A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.

Admito que yo soy el más insignificante de los apóstoles y que ni siquiera merezco ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.

Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser,

para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús.

y para proclamarlo me nombró heraldo y apóstol. Digo la verdad y no miento: Dios me hizo maestro de los no judíos para enseñarles la verdadera fe.

Anteriormente, yo era un blasfemo, un perseguidor y un insolente; pero Dios tuvo misericordia de mí porque yo era un incrédulo y actuaba con ignorancia.

revelarme a su Hijo para que yo lo predicara entre los no judíos, no consulté con nadie.

¡Qué profundo es el conocimiento, la riqueza y la sabiduría de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!

¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?

De este evangelio he sido yo designado heraldo, apóstol y maestro.

En fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios.

Sin embargo, como está escrito: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ningún corazón ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman».

Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.

Así, pues, los apóstoles salieron del Consejo, llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre.

Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; además, colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista.

Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

—¡Ve! —insistió el Señor—, porque ese hombre es mi instrumento escogido para dar a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel.

Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.

El mismo Dios que facultó a Pedro como apóstol de los judíos me facultó también a mí como apóstol de los no judíos.

¡Cuán grande es tu bondad! La reservas para los que te temen, y a la vista de la gente la derramas sobre los que en ti se refugian.

No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.

Sin duda se han enterado del plan de la gracia de Dios que él me encomendó para ustedes,

Pero gracias a él ustedes están unidos en Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención;

De su plenitud todos recibimos gracia sobre gracia,

Luego el rey David se presentó ante el Señor y dijo: «Señor y Dios, ¿quién soy yo y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar tan lejos?

Por esta razón yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por el bien de ustedes los no judíos, me arrodillo en oración.

“Señor —dijo luego el siervo—, ya hice lo que usted me mandó, pero todavía hay lugar”.




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