Pero Abraham contestó: “Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir mucho.
Convertiré en luto sus fiestas religiosas y en cantos fúnebres todas sus canciones. Los vestiré de luto y afeitaré su cabeza. Será como si lloraran la muerte de un hijo único y terminarán el día en amargura.