Eclesiastés 4:8

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Vi a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos. Nunca dejaba de afanarse; ¡jamás le parecían demasiadas sus riquezas! «¿Para quién trabajo tanto», se preguntó, «y me abstengo de las cosas buenas?». ¡También esto es vanidad y una penosa tarea!

Referencias Cruzadas

1 Juan 2:16

Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos de la carne, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida—, proviene del Padre, sino del mundo.

Proverbios 27:20

La Muerte y el Destructor jamás se dan por satisfechos, y tampoco los ojos del hombre.

Lucas 12:20

Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”.

Eclesiastés 1:8

Todas las cosas cansan más de lo que es posible expresar. Ni se sacian los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír.

Mateo 11:28

»Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados; yo les daré descanso.

Eclesiastés 1:13

Y me dediqué de lleno a explorar e investigar con sabiduría todo cuanto se hace bajo el cielo. ¡Penosa tarea ha impuesto Dios al género humano para abrumarlo con ella!

Isaías 5:8

¡Ay de aquellos que acaparan casa tras casa y se apropian de campo tras campo hasta que no dejan lugar para nadie más, y terminan viviendo solos en la tierra!

Eclesiastés 5:10

Quien ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente. ¡También esto es vanidad!

Salmos 39:6

»Es como una sombra que pasa. En vano se afana por amontonar riquezas, pues no sabe quién se quedará con ellas.

Génesis 2:18

Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada».

Isaías 55:2

¿Por qué gastan dinero en lo que no es pan y su salario en lo que no satisface? Escúchenme bien: comerán lo que es bueno y se deleitarán con manjares deliciosos.

Eclesiastés 2:23

Todos sus días están plagados de sufrimientos y tareas frustrantes; ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y también esto es vanidad!

Eclesiastés 2:21

pues hay quienes ponen a trabajar su sabiduría y sus conocimientos y experiencia, para luego entregarle todos sus bienes a quien jamás movió un dedo. ¡Y también esto es vanidad y una enorme desgracia!

Eclesiastés 4:7

Me fijé entonces en otra vanidad bajo el sol:

Salmos 39:7

»Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda? ¡Mi esperanza he puesto en ti!

Eclesiastés 5:9

Pero es provechoso para el país que el rey esté al servicio del campo.