El necio se cruza de brazos y se devora a sí mismo.
Unos comerán lo que esté a su mano derecha, pero se quedarán con hambre; otros comerán lo que esté a su izquierda, pero no quedarán satisfechos. ¡Se comerán a sus propios hijos!
El perezoso no labra la tierra en la estación adecuada; en tiempo de cosecha buscará y no hallará.
El perezoso codicia y no satisface sus anhelos; el diligente prospera en todo lo que anhela.
¿Por qué me pongo en peligro y me juego el pellejo?
El perezoso no pone a asar lo que ha cazado, pero el diligente ya posee una gran riqueza.
El que hace bien a otros se beneficia a sí mismo; el que es cruel, a sí mismo se perjudica.
Las palabras del sabio son placenteras, pero los labios del necio son su ruina;
Perezoso, ¿cuánto tiempo más seguirás acostado? ¿Cuándo despertarás de tu sueño?