Eclesiastés 4:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Luego me fijé en tanta opresión que hay bajo el sol. Vi llorar a los oprimidos y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores y no había quien los consolara.

Referencias Cruzadas

Eclesiastés 3:16

He visto algo más bajo el sol: Maldad donde se dictan las sentencias y maldad donde se imparte la justicia.

Eclesiastés 5:8

Si en alguna provincia ves que se oprime al pobre y que a la gente se le niega un juicio justo, no te asombres de tales cosas; porque a un alto oficial lo vigila otro más alto y, por encima de ellos, hay otros altos oficiales.

Isaías 5:7

La viña del Señor de los Ejércitos es la nación de Israel; el pueblo de Judá es su huerto preferido. Él esperaba justicia, pero encontró ríos de sangre; esperaba rectitud, pero encontró gritos de angustia.

Santiago 5:4

Oigan cómo clama contra ustedes el salario no pagado a los obreros que trabajaron en sus campos. El clamor de esos trabajadores ha llegado a oídos del Señor de los Ejércitos.

Mateo 26:56

Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Malaquías 3:5

«De modo que me acercaré a ustedes para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus jornaleros; contra los que oprimen a las viudas, a los huérfanos y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor —dice el Señor de los Ejércitos—.

Lamentaciones 1:9

Sus vestidos están llenos de inmundicia; no tomó en cuenta lo que le esperaba. Su caída fue sorprendente; no hubo nadie que la consolara. «¡Mira, Señor, mi aflicción! ¡El enemigo ha triunfado!».

Lamentaciones 1:2

Amargamente llora por la noche; corren las lágrimas por sus mejillas. No hay entre sus amantes uno solo que la consuele. Todos sus amigos la traicionaron; se volvieron sus enemigos.

Isaías 51:23

La pondré en manos de los que te atormentan, de los que te dijeron: “¡Tiéndete en el suelo, para que pasemos sobre ti!”. ¡Y te echaste boca abajo, sobre el suelo, para que te pisoteara todo el mundo!».

Salmos 42:9

Y digo a Dios, a mi roca: «¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué debo andar afligido y oprimido por el enemigo?».

Salmos 42:3

Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, mientras me preguntan a todas horas: «¿Dónde está tu Dios?».

Salmos 12:5

«Por la aflicción de los oprimidos y por el gemido del pobre, voy a levantarme», dice el Señor, «y los pondré a salvo de quienes los oprimen».

Job 35:9

»Todo el mundo clama bajo el peso de la opresión, y pide ser librado del brazo de los poderosos.

Isaías 59:7

Sus pies corren hacia el mal; se apresuran a derramar sangre inocente. Sus pensamientos son perversos; dejan ruina y destrucción en sus caminos.

Malaquías 3:18

Y ustedes volverán a distinguir entre el justo y el malvado, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.

Malaquías 2:13

Otra cosa que ustedes hacen es inundar de lágrimas el altar del Señor; lloran y se lamentan porque él ya no mira con agrado sus ofrendas ni las acepta con placer de sus manos.

Eclesiastés 7:7

La extorsión entorpece al sabio y el soborno corrompe su corazón.

Proverbios 28:3

El pobre que oprime a los pobres es como violenta lluvia que arrasa la cosecha.

Salmos 142:4

Mira a mi derecha y ve: nadie me tiende la mano. No tengo dónde refugiarme; por mí nadie se preocupa.

Salmos 80:5

Por comida le has dado pan de lágrimas; por bebida, lágrimas en abundancia.

Salmos 69:20

Los insultos me han destrozado el corazón; para mí ya no hay remedio. Esperé compasión y no la hubo; busqué consuelo y no lo hallé.

Job 16:4

También yo podría hablar del mismo modo si estuvieran ustedes en mi lugar. También yo pronunciaría bellos discursos en su contra, meneando con sarcasmo la cabeza.

Job 6:29

Reflexionen, no sean injustos; reflexionen, que en esto radica mi integridad.

Jueces 4:3

Los israelitas clamaron al Señor porque Jabín tenía novecientos carros de hierro y durante veinte años había oprimido cruelmente a los israelitas.

Deuteronomio 28:48

Por eso sufrirás hambre y sed, desnudez y pobreza extrema, y serás esclavo de los enemigos que el Señor enviará contra ti. Ellos te pondrán un yugo de hierro sobre el cuello y te destruirán por completo.

Deuteronomio 28:33

Un pueblo desconocido se comerá los frutos de tu tierra y todo el producto de tu trabajo; para ti solo habrá opresión y malos tratos cada día.

Éxodo 1:22

El faraón, por su parte, dio esta orden a todo su pueblo: —¡Tiren al río a todos los niños hebreos que nazcan! A las niñas, déjenlas con vida.

Éxodo 1:16

—Cuando ayuden a las hebreas en sus partos, fíjense en el sexo: si es niño, mátenlo; pero si es niña, déjenla con vida.

Proverbios 19:7

Si al pobre lo aborrecen sus parientes, con más razón lo evitan sus amigos. Aunque los busca suplicante, por ninguna parte los encuentra.

Eclesiastés 8:9

Todo esto vi al dedicarme de lleno a conocer todo lo que se hace bajo el sol: hay veces que el ser humano domina a otros para su propio mal.

Jeremías 16:7

Nadie ofrecerá un banquete fúnebre a los que estén de duelo para consolarlos por el muerto. Tampoco a nadie se le dará a beber la copa del consuelo, aun cuando quien haya muerto sea su padre o su madre.

Lamentaciones 1:16

»Todo esto me hace llorar; mis ojos se inundan de lágrimas. No tengo cerca a nadie que me consuele; no tengo a nadie que me reanime. Mis hijos quedaron abandonados porque el enemigo salió victorioso».

Job 9:24

Si algún malvado se apodera de un terreno, él tapa los ojos a los jueces. Si no lo hace él, ¿entonces quién?

Salmos 69:21

En mi comida pusieron hiel; para calmar mi sed me dieron vinagre.

Salmos 142:5

A ti, Señor, te pido ayuda; a ti te digo: «Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes».

Proverbios 29:2

Cuando los justos prosperan, el pueblo se alegra; cuando los impíos gobiernan, el pueblo gime.

Lamentaciones 1:17

Sión clama pidiendo ayuda, pero no hay quien la consuele. Por decreto del Señor los vecinos de Jacob son ahora sus enemigos; Jerusalén ha llegado a ser inmundicia en medio de ellos.

Amós 3:9

Proclamen en las fortalezas de Asdod y en las fortalezas de Egipto: «Reúnanse sobre los montes de Samaria y vean cuánto desorden hay en ella, ¡cuánta opresión hay en su medio!».

Amós 3:10

«Los que acumulan en sus fortalezas el fruto de la violencia y el saqueo no saben actuar con rectitud», afirma el Señor.