Eclesiastés 3:4

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

tiempo para llorar y tiempo para reír; tiempo para estar de luto y tiempo para bailar;

Referencias Cruzadas

Romanos 12:15

Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran.

Santiago 4:9

Reconozcan sus miserias, lloren y laméntense. Que su risa se convierta en llanto y su alegría, en tristeza.

Salmos 30:5

Porque solo un instante dura su enojo, pero su buena voluntad, toda una vida. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.

Éxodo 15:20

Entonces Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero y, mientras todas las mujeres la seguían danzando y tocando panderos,

2 Corintios 7:10

La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.

Lucas 1:58

Sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había mostrado gran misericordia y compartieron su alegría.

Mateo 11:17

»“Tocamos la flauta y ustedes no bailaron; cantamos por los muertos y ustedes no lloraron”.

Mateo 9:15

Jesús contestó: —¿Acaso pueden estar de luto los invitados del novio mientras él está con ellos? Llegará el día en que se les quitará el novio; entonces sí ayunarán.

2 Samuel 6:16

Sucedió que al entrar el arca del Señor a la Ciudad de David, la hija de Saúl, Mical, se asomó a la ventana y, cuando vio que el rey David estaba saltando y bailando delante del Señor, sintió por él un profundo desprecio.

Génesis 21:6

Sara dijo entonces: «Dios me ha hecho reír, y todos los que se enteren de que he tenido un hijo se reirán conmigo.

Salmos 30:11

Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría,

Eclesiastés 3:5

tiempo para esparcir piedras y tiempo para recogerlas; tiempo para abrazarse y tiempo para apartarse;

Eclesiastés 7:14

Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando te lleguen los malos, piensa que unos y otros son obra de Dios, y que nadie sabe con qué habrá de encontrarse después.

Isaías 40:1

¡Consuelen, consuelen a mi pueblo! —dice su Dios—.

Isaías 40:2

Hablen con ternura a Jerusalén y anúncienle que ya ha cumplido servicio obligatorio, que ya ha pagado por su iniquidad, que ya ha recibido de la mano del Señor el doble por todos sus pecados.