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Referencias Cruzadas

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Eclesiastés 2:16

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Nadie se acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo todo cae en el olvido; lo mismo mueren los sabios que los necios.

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17 Referencias Cruzadas  

Nadie se acuerda de las generaciones anteriores, como nadie se acordará de las últimas. ¡No habrá memoria de ellos entre los que habrán de sucedernos!

Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada; tampoco tienen recompensa, pues su memoria cae en el olvido.

¿Acaso en las tinieblas se conocen tus maravillas o tu justicia en la tierra del olvido?

Pero llegó al poder en Egipto un nuevo rey que no había conocido a José

Así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez y después venga el juicio,

Los que temían al Señor hablaron entre sí, entonces él los escuchó y les prestó atención. Entonces se escribió en su presencia un libro de memorias de aquellos que temen al Señor y honran su nombre.

¿Qué ventaja tiene el sabio sobre el necio? ¿Y qué gana el pobre con saber enfrentarse a la vida?

El sabio tiene los ojos bien puestos, pero el necio anda a oscuras. Pero me di cuenta de que un mismo final espera a todos.

cuando el viento pasa desaparece sin dejar rastro alguno.

Nadie puede negar que todos mueren, que sabios e insensatos perecen por igual y que sus riquezas se dejan a otros.

Entonces el rey compuso este lamento por Abner: «¿Por qué tenía que morir Abner como mueren los canallas?

Murieron José y sus hermanos y toda aquella generación.

Me dije entonces: «Si al fin voy a acabar igual que el necio, ¿de qué me sirve ser tan sabio?». Y me dije: «También esto es vanidad».

Es mejor ir a un funeral que a una casa de fiestas. Pues la muerte es el fin de todo ser humano, y los que viven debieran tenerlo presente.

Vi también a los malvados ser sepultados —los que solían ir y venir del lugar santo—; a ellos se les echó al olvido en la ciudad donde así se condujeron. ¡Y también esto es vanidad!

En esa ciudad había un hombre pobre, pero sabio, que con su sabiduría salvó a la ciudad, ¡pero nadie se acordó de aquel hombre pobre!

La sabiduría del prudente es discernir sus caminos, pero al necio lo engaña su propia necedad.




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