Consideré entonces la sabiduría, la necedad y la insensatez. ¿Qué más puede hacer el sucesor del rey, aparte de lo ya hecho?
Me he dedicado de lleno a la comprensión de la sabiduría, y hasta conozco la necedad y la insensatez. ¡Pero aun esto es querer alcanzar el viento!
Volví entonces mi atención hacia el conocimiento para investigar e indagar acerca de la sabiduría y la razón de las cosas; entonces me di cuenta de la insensatez de la maldad y la locura de la necedad.
Lo que ahora existe, ya existía; y lo que ha de existir, existe ya. Dios llama el pasado a cuentas.