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Referencias Cruzadas

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Eclesiastés 2:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Me dije entonces: «Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la gran vida». ¡Pero aun esto resultó ser vanidad!

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27 Referencias Cruzadas  

Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida”.

Por tanto, celebro la alegría, pues no hay para el ser humano nada mejor bajo el sol que comer, beber y alegrarse. Solo eso le queda de tanto afanarse en esta vida que Dios le ha dado bajo el sol.

Ustedes han llevado en este mundo una vida de lujo y de placer desenfrenado. Lo que han hecho es engordar para el día de la matanza.

Ahora escuchen, ustedes los ricos: ¡lloren a gritos por las calamidades que les vienen encima!

El corazón me dice: «¡Busca su rostro!». Y yo, Señor, tu rostro busco.

Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero».

En otro tiempo también nosotros éramos necios y desobedientes. Estábamos descarriados y éramos esclavos de todo género de pasiones y placeres. Vivíamos en la malicia y en la envidia. Éramos detestables y nos odiábamos unos a otros.

»Había un hombre rico que se vestía con púrpura y lino fino, y daba espléndidos banquetes todos los días.

Pero ustedes que encienden fuegos y preparan antorchas encendidas, caminen a la luz de su propio fuego y de las antorchas que han encendido. Esto es lo que ustedes recibirán de mi mano: en medio de tormentos quedarán tendidos.

El Señor y Dios me ha abierto los oídos y no he sido rebelde ni me he vuelto atrás.

Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto.

El sabio tiene presente la muerte; el necio solo piensa en la diversión.

Me dije entonces: «Si al fin voy a acabar igual que el necio, ¿de qué me sirve ser tan sabio?». Y me dije: «También esto es vanidad».

Dice el necio en su corazón: «No hay Dios». Están corrompidos, sus obras son detestables; ¡no hay uno solo que haga lo bueno!

Y se dice a sí mismo: «Nada me hará caer jamás. Nadie me hará daño».

El rey de Aram le respondió: —Bien, puedes ir; yo le mandaré una carta al rey de Israel. Y así Naamán se fue, llevando diez talentos de plata, seis mil siclos de oro y diez mudas de ropa.

Será mejor que bajemos a confundir su idioma para que ya no se entiendan entre ellos mismos».

En los dominios de la muerte, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham y a Lázaro junto a él.

Voy a decirles lo que haré con mi viña: Le quitaré su cerco para que sirva de pasto; derribaré su muro para que sea pisoteada.

Hasta de reírse duele el corazón y hay alegrías que acaban en tristezas.

No negué a mis ojos ningún deseo ni privé a mi corazón de placer alguno. Mi corazón disfrutó de todos mis trabajos. ¡Solo eso saqué de tanto afanarme!

porque ¿quién puede comer y alegrarse, si no es por Dios?




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