Dirigirá entonces sus ataques contra las ciudades costeras y conquistará muchas de ellas, pero un general pondrá fin a su insolencia y lo hará quedar en ridículo.
Pero Efraín ha despertado su ira; su Señor hará caer sobre él la culpa de la sangre que derramó y devolverá sus injurias. Por eso el Señor le hará pagar sus crímenes y le devolverá sus injurias.
El Señor será terrible contra ellos, cuando destruya a todos los dioses de la tierra; y así hasta las naciones más remotas se postrarán en adoración ante él, cada cual en su propia tierra.
»Naciones, escuchen la palabra del Señor, y anuncien en las costas más lejanas: “El que dispersó a Israel, lo reunirá; lo cuidará como un pastor a su rebaño”.
Con encinas de Basán construyeron tus remos, y con cipreses de las costas de Chipre ensamblaron tu cubierta, la cual fue decorada con incrustaciones de marfil.
»Les daré una señal y a algunos de sus sobrevivientes los enviaré a las naciones: a Tarsis, Pul, Lud (famosa por sus arqueros), Tubal y Grecia, también a las costas lejanas que no han oído hablar de mi fama ni han visto mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria entre las naciones.
Entonces Adoní Bézec exclamó: «¡Setenta reyes, cortados los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies, recogían migajas debajo de mi mesa! ¡Ahora Dios me ha hecho lo mismo que yo hice con ellos!». Luego lo llevaron a Jerusalén y allí murió.