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Referencias Cruzadas

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Daniel 10:8

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Nadie se quedó conmigo cuando tuve esta gran visión. Las fuerzas me abandonaron, palideció mi rostro y casi me desvanecí.

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15 Referencias Cruzadas  

»Aquí termina el relato. Yo, Daniel, me quedé desconcertado por tantas ideas que me pasaban por la mente, a tal grado que palideció mi rostro. Pero guardé esto para mí mismo».

Al oírlo, se estremecieron mis entrañas; a su voz, me temblaron los labios; la debilidad entró en los huesos y se me aflojaron las piernas. Pero yo espero con paciencia el día en que la calamidad vendrá sobre la nación que nos invade.

»Yo, Daniel, quedé exhausto y estuve enfermo durante varios días. Luego me levanté para seguir atendiendo los asuntos del reino. Pero la visión me dejó pasmado, pues no lograba comprenderla».

Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo su mano derecha sobre mí, me dijo: «No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último.

No sabía qué decir, porque todos estaban asustados.

Al oír esto, los discípulos se postraron sobre su rostro, aterrorizados.

Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me atormentara.

Yo vi cómo se acercó enfurecido, lo golpeó y le rompió los dos cuernos. El carnero no pudo hacerle frente, pues el macho cabrío lo derribó y lo pisoteó. Nadie pudo librar al carnero del poder del macho cabrío.

Cruzaba Jacob por el lugar llamado Peniel, cuando salió el sol. A causa de su cadera dislocada iba cojeando.

Miren que viene la hora, y ya es la hora, en que ustedes serán dispersados; cada uno se irá a su propia casa y a mí me dejarán solo. Sin embargo, solo no estoy, porque el Padre está conmigo.

así que pensó: «¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza».

Entonces alguien con aspecto humano tocó mis labios y yo los abrí; entonces comencé a hablar. Y dije al que estaba delante de mí: “Señor, por causa de esta visión me siento muy angustiado y sin fuerzas.

¿Cómo es posible que yo, que soy tu siervo, hable contigo? Las fuerzas me han abandonado y apenas puedo respirar”.




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