»Una vez más, el de aspecto humano me tocó y me infundió fuerzas.
Entonces alguien con aspecto humano tocó mis labios y yo los abrí; entonces comencé a hablar. Y dije al que estaba delante de mí: “Señor, por causa de esta visión me siento muy angustiado y sin fuerzas.
Entonces se apareció un ángel del cielo para fortalecerlo.
»Mientras me hablaba, yo estaba aturdido, con el rostro en tierra. Entonces me tocó y me puso de pie.
y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseverarán con paciencia en toda situación y con mucha alegría
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser,
Después de pasar algún tiempo allí, Pablo se fue a visitar una por una las congregaciones de Galacia y Frigia, animando a todos los discípulos.
Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos.
»En ese momento una mano me tocó y me puso sobre mis manos y rodillas, que aún temblaban,
¿Disputaría él conmigo con todo su poder? ¡Claro que no! ¡Ni me acusaría!
Les infundiría nuevos bríos con la boca; les daría consuelo con los labios.
Estando David en Hores, en el desierto de Zif, se enteró de que Saúl había salido en su búsqueda con la intención de matarlo.
»Mientras yo, Daniel, contemplaba la visión y trataba de entenderla, de repente apareció ante mí alguien de apariencia humana.
Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas.