Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios. Él mostró al rey Nabucodonosor lo que sucederá en los días venideros. Estos son el sueño y las visiones que pasaron por su mente mientras dormía en su cama:
Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá.
Pero tú, Daniel, guarda en secreto las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin, pues muchos andarán de un lado a otro tratando de aumentar su conocimiento”.
En los últimos días, el monte del Templo del Señor será establecido como el más alto de los montes; se alzará por encima de las colinas y hacia él correrán todas las naciones.
Después ellos se arrepentirán y buscarán nuevamente al Señor su Dios y a David, su rey. En los últimos días acudirán con temor reverente al Señor y a sus bondades.
En los últimos días, el monte del Templo del Señor será establecido como el más alto de los montes; se alzará por encima de las colinas y hacia él correrán todas las naciones.
¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor y los que la oyeron nos la confirmaron.
En el tercer año del reinado de Ciro de Persia, Daniel, que también se llamaba Beltsasar, recibió una revelación acerca de una gran guerra. El mensaje era verdadero y Daniel pudo comprender su significado en la visión.
Y cuando les sobrevengan muchos desastres y adversidades, este cántico servirá de testimonio contra ellos porque sus descendientes lo recordarán y lo cantarán. Yo conozco los pensamientos de mi pueblo, aun antes de introducirlo en la tierra que juré darle».
porque sé que después de mi muerte se pervertirán y se apartarán del camino que les he mandado. En el futuro les sobrevendrán calamidades, porque harán lo que ofende al Señor y con sus detestables actos provocarán su ira».
En los últimos días atacarás a mi pueblo Israel y, como un nubarrón, cubrirás el país. Yo haré que tú, Gog, vengas contra mi tierra, para que las naciones me conozcan al ver que, por medio de ti, mi santidad se manifiesta ante todas ellas.