¡Salgan, doncellas de Sión! ¡Contemplen al rey Salomón! ¡Lleva puesta la corona que le ciñó su madre el día en que contrajo nupcias, el día en que se alegró su corazón!
Como un joven que se casa con una joven, así el que te edifica se casará contigo; como un novio que se regocija por su novia, así tu Dios se regocijará por ti.
«Ve y proclama a oídos de Jerusalén que así dice el Señor: »“Recuerdo la fidelidad de tu juventud, tu amor de novia, cuando me seguías por el desierto, por tierras no cultivadas.
¡Miren que viene en las nubes! Y todos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo traspasaron; y por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra. ¡Así será! Amén.
La reina del Sur se levantará en el día del juicio y condenará a esta generación; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí tienen ustedes a uno más importante que Salomón.
porque el Señor tu Dios, está en medio de ti como poderoso guerrero que salva. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos».
Sin embargo, vemos a Jesús, quien fue hecho un poco menor a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber padecido la muerte. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió resulta en beneficio de todos.
El que se casa con la novia es el novio. Y el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Esa es la alegría que me inunda.
Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado”».
Después de su sufrimiento, verá la luz y quedará satisfecho. Por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos y cargará con las iniquidades de ellos.
Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros y se le darán estos nombres: Consejero Admirable, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
¿Quién es esta que sube por el desierto apoyada sobre el hombro de su amado? Bajo el manzano te desperté; allí te concibió tu madre, allí mismo te dio a luz.
la plata y el oro que traen consigo y, con ese oro y esa plata, haz una corona, la cual pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac.