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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 9:2

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Lo abrió y del pozo subió una humareda, como la de un horno gigantesco que oscureció el sol y el aire.

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16 Referencias Cruzadas  

Ante este ejército tiembla la tierra y se estremece el cielo, el sol y la luna se oscurecen y las estrellas dejan de brillar.

Volvió la mirada hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la llanura, y vio que de la tierra subía humo, como de un horno.

Día de tinieblas y oscuridad, día de nubes y densos nubarrones. Como la aurora que se extiende sobre los montes, así avanza un pueblo fuerte y numeroso, pueblo como nunca lo hubo en la antigüedad ni lo habrá en las generaciones futuras.

Arriba en el cielo y abajo en la tierra mostraré prodigios: sangre, fuego y nubes de humo.

En el cielo y en la tierra mostraré prodigios: sangre, fuego y columnas de humo.

¡Gime y grita, puerta de la ciudad! ¡Ponte a temblar de miedo, Filistea entera! Porque viene del norte una nube de humo y nadie rompe la formación.

El humo de ese tormento sube por los siglos de los siglos. No habrá descanso ni de día ni de noche para el que adore a la bestia y su imagen ni para quien se deje poner la marca de su nombre».

El monte estaba cubierto de humo, porque el Señor había descendido sobre él en medio de fuego. Era tanto el humo que salía del monte, que parecía un horno; todo el monte se sacudía violentamente,

Cuando el sol se puso y cayó la noche, aparecieron un horno humeante y una antorcha encendida, los cuales pasaban entre los animales descuartizados.

El cuarto ángel tocó su trompeta y fue asolada la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas, de modo que se oscureció la tercera parte de ellos. Así quedó sin luz la tercera parte del día y la tercera parte de la noche.

Así vi en la visión a los caballos y a sus jinetes: tenían coraza de color rojo encendido, púrpura y amarillo como azufre. La cabeza de los caballos era como de león y por la boca echaban fuego, humo y azufre.

Todo el que no se incline ante ella ni la adore será arrojado de inmediato a un horno en llamas».

El quinto ángel tocó su trompeta y vi que había caído del cielo a la tierra una estrella, a la cual se le entregó la llave del pozo del abismo.

El rey que los dirigía era el ángel del abismo, que en hebreo se llama Abadón y en griego Apolión.

El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia, entonces el reino de la bestia quedó sumido en la oscuridad. La gente se mordía la lengua de dolor




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