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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 8:11

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

La estrella se llama Amargura. Y la tercera parte de las aguas se volvió amarga y por causa de esas aguas murió mucha gente.

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17 Referencias Cruzadas  

Por tanto, así dice el Señor de los Ejércitos contra los profetas: «Haré que coman alimentos amargos y que beban agua envenenada, porque los profetas de Jerusalén han esparcido la impiedad por toda la tierra».

Por eso, así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: «A este pueblo le daré a comer alimentos amargos y a beber agua envenenada.

Asegúrense de que ningún hombre ni mujer ni clan ni tribu entre ustedes aparte hoy su corazón del Señor nuestro Dios para ir a adorar a los dioses de esas naciones. Tengan cuidado de que ninguno de ustedes sea como una raíz venenosa y amarga.

¿Acaso galopan los caballos por las rocas o se ara con bueyes el mar? Pero ustedes han convertido el derecho en veneno, y en amargura el fruto de la justicia.

Ustedes convierten el derecho en amargura y echan por tierra la justicia.

Recuerda que estoy afligido y ando errante, que estoy saturado de hiel y amargura.

Pero al fin resulta más amarga que la hiel y más cortante que una espada de dos filos.

El primero tocó su trompeta y fueron arrojados sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre. Y quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.

Asegúrense de que nadie quede fuera de la gracia de Dios, de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos,

Me ha tendido un cerco de amargura y tribulaciones.

—Ya no me llamen Noemí —respondió ella—. Llámenme Mara, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura.

Llegaron a Mara, lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no pudieron apagar su sed allí.

Y en todo el país», afirma el Señor, «las dos terceras partes serán abatidas y perecerán; solo una tercera parte quedará con vida.

Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”. Ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.

Así que los cuatro ángeles que habían sido preparados precisamente para esa hora y ese día, mes y año, quedaron sueltos para matar a la tercera parte de la humanidad.

La tercera parte de la humanidad murió a causa de las tres plagas de fuego, humo y azufre que salían de la boca de los caballos.

Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz, el dragón se plantó delante de ella para devorar a su hijo tan pronto como naciera.




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