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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 4:9

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Cada vez que estos seres vivientes daban gloria, honra y acción de gracias al que estaba sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,

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20 Referencias Cruzadas  

y juró por el que vive por los siglos de los siglos, el que creó el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos y dijo: «¡El tiempo ha terminado!

Uno de los cuatro seres vivientes dio a cada uno de los siete ángeles una copa de oro llena del furor de Dios, quien vive por los siglos de los siglos.

Dios reina sobre las naciones; Dios está sentado en su santo trono.

Yo soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y sus dominios.

Pasado ese tiempo yo, Nabucodonosor, elevé los ojos al cielo y recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive para siempre: Su dominio es eterno; su reino permanece para siempre.

»Y oí al hombre vestido de tela de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual levantó las manos al cielo y juró por el que vive para siempre: “Faltan un tiempo, tiempos y medio tiempo. Todo esto se cumplirá, cuando termine la destrucción del pueblo santo”.

¡Este Dios es nuestro Dios eterno! ¡Él nos guiará para siempre!

¡El Señor reina por siempre y para siempre!

Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos.

En el caso de los levitas, los diezmos los reciben hombres mortales; en el otro caso, los recibe Melquisedec, de quien se da testimonio de que vive.

Alzo la mano al cielo y solemnemente juro: Tan cierto como que vivo para siempre,

El año de la muerte del rey Uzías vi al Señor sentado en un trono alto y excelso; las orlas de su manto llenaban el Templo.

Al instante vino sobre mí el Espíritu y vi un trono en el cielo y a alguien sentado en el trono.

Cada uno de ellos tenía seis alas y estaba cubierto de ojos, por encima y por debajo de las alas. De día y de noche repetían sin cesar: «Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir».

En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por ambos lados y sellado con siete sellos.

Todos gritaban a las montañas y a las peñas: «¡Caigan sobre nosotros y escóndannos de la mirada del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero!

Por eso están delante del trono de Dios, y día y noche le sirven en su templo; el que está sentado en el trono les dará refugio con su presencia.

El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!». Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza».




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