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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 19:6

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Después oí voces como el rumor de una inmensa multitud, como el ruido de muchas aguas y como el retumbar de potentes truenos, que exclamaban: «¡Aleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso.

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25 Referencias Cruzadas  

¡El Señor es Rey! ¡Regocíjese la tierra! ¡Alégrense las costas más remotas!

Oí un sonido que venía del cielo, como el estruendo de una catarata y el retumbar de un gran trueno. El sonido se parecía al de músicos que tañen sus arpas.

Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba: «¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios,

El Señor es rey: que tiemblen las naciones. Él tiene su trono entre los querubines: que se estremezca la tierra.

El Señor reina, revestido de esplendor; el Señor se ha revestido de grandeza y ha desplegado su poder. Ha establecido el mundo con firmeza; jamás caerá.

Vi cuando el Cordero rompió el primero de los siete sellos y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía con voz de trueno: «¡Ven!».

Sus pies parecían bronce al rojo vivo en un horno y su voz era tan fuerte como el estruendo de muchas aguas.

Cuando los seres avanzaban, yo podía oír el ruido de sus alas: era como el estruendo de muchas aguas, como la voz del Todopoderoso, como el tumultuoso ruido de un ejército. Cuando se detenían, replegaban sus alas.

No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo.

Luego oí en el cielo un gran clamor: «Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.

Luego el ángel tomó el incensario y lo llenó con brasas del altar, las cuales arrojó sobre la tierra; y se produjeron truenos, estruendos, relámpagos y un terremoto.

Del trono salían relámpagos, estruendos y truenos. Delante del trono ardían siete antorchas de fuego, que son los siete espíritus de Dios,

Vi que la gloria del Dios de Israel venía del oriente, en medio de un ruido ensordecedor, semejante al de un río caudaloso. Y la tierra resplandecía con su gloria.

Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas noticias, del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: «¡Tu Dios reina!».

¡Alégrense en el Señor, ustedes los justos, y alaben su santo nombre!

Tu estruendo retumbó en el torbellino y tus relámpagos iluminaron el mundo; la tierra se estremeció con temblores.

¿Tienes acaso un brazo como el mío? ¿Puede tu voz tronar como la mía?

Entonces el cielo y la tierra, y todo lo que hay en ellos, lanzarán gritos de júbilo contra Babilonia, porque del norte vendrán sus destructores», afirma el Señor.

Dios es el rey de toda la tierra; por eso, cántenle un salmo de alabanza.

¡Cuán imponente es el Señor Altísimo, el gran Rey de toda la tierra!

Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”.

«Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso».

Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dijeron: «¡Amén, Aleluya!».




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