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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 14:13

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Entonces oí una voz del cielo que decía: «Escribe: Dichosos los que de ahora en adelante mueren en el Señor». «Sí —dice el Espíritu—, ellos descansarán de sus fatigosas tareas, pues sus obras los acompañan».

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41 Referencias Cruzadas  

Dichosos y santos los que tienen parte en la primera resurrección. La segunda muerte no tiene poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años.

Él murió por nosotros para que, en la vida o en la muerte, vivamos junto con él.

El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero.

Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.

El ángel me dijo: «Escribe: “¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero!”». Y añadió: «Estas son las palabras verdaderas de Dios».

El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!». Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza».

Entonces cada uno de ellos recibió ropas blancas y se les dijo que esperaran un poco más, hasta que se completara el número de sus colaboradores y hermanos que iban a sufrir el martirio como ellos.

Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor.

El séptimo ángel derramó su copa en el aire y desde el trono del templo salió una gran voz que decía: «¡Está hecho!».

Volverán los rescatados del Señor y entrarán en Sión con cantos de júbilo; su corona será el gozo eterno. Se llenarán de regocijo y alegría, y se apartarán de ellos el dolor y los quejidos.

Por ellas queda advertido tu siervo; quien las obedece recibe una gran recompensa.

La justicia será su heraldo y preparará el camino para sus pasos.

¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él.

En este caso, también están perdidos los que murieron en Cristo.

Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.

Por eso les digo que se valgan de las riquezas deshonestas para ganar amigos, a fin de que cuando estas se acaben haya quienes los reciban a ustedes en las viviendas eternas.

Y una voz desde el cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».

Entonces se abrió en el cielo el templo de Dios; allí se vio el arca de su pacto y hubo relámpagos, estruendos, truenos, un terremoto y una fuerte granizada.

Tocó el séptimo ángel su trompeta y en el cielo resonaron fuertes voces que decían: «El reino del mundo ha pasado a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos».

Una vez que hablaron los siete truenos, estaba yo por escribir, pero oí una voz del cielo que me decía: «Guarda en secreto lo que han dicho los siete truenos y no lo escribas».

»Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: »Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y se pasea en medio de los siete candelabros de oro:

Y aunque mi vida fuera derramada sobre el sacrificio y servicio que proceden de su fe, me alegro y comparto con todos ustedes mi alegría.

Pero Abraham contestó: “Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir mucho.

que decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea».

Pero tú, persevera hasta el fin y descansa, que al final de los tiempos te levantarás para recibir tu recompensa”».

Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron.

Los pecados de algunos son evidentes aun antes de ser llevados a juicio, mientras que los pecados de otros se descubren después.

De igual manera son evidentes las buenas obras que, aunque estén ocultas, tarde o temprano se manifestarán.

»El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que salga vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios.

El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.




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