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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 13:15

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Se le permitió infundir vida a la imagen de la primera bestia, para que hablara y mandara matar a quienes no adoraran la imagen.

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25 Referencias Cruzadas  

Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. Vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen; tampoco se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años.

Pero la bestia fue capturada junto con el falso profeta. Este es el que hacía señales en presencia de ella, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y adoraban su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego y azufre.

El primer ángel fue y derramó su copa sobre la tierra, y entonces a toda la gente que tenía la marca de la bestia y que adoraba su imagen, le salió una llaga maligna y repugnante.

»¡Alégrate, oh cielo, por lo que le ha sucedido! ¡Alégrense también ustedes, creyentes, apóstoles y profetas!, porque Dios, al juzgarla, les ha hecho justicia».

Vi que la mujer se había emborrachado con la sangre de los creyentes y de los que testificaron de Jesús. Al verla, quedé sumamente asombrado.

El humo de ese tormento sube por los siglos de los siglos. No habrá descanso ni de día ni de noche para el que adore a la bestia y su imagen ni para quien se deje poner la marca de su nombre».

Los seguía un tercer ángel que clamaba a grandes voces: «Si alguien adora a la bestia y a su imagen, y se deja poner en la frente o en la mano la marca de la bestia,

Con estas señales que se le permitió hacer en presencia de la primera bestia, engañó a los habitantes de la tierra. Ordenó que hicieran una imagen en honor de la bestia que, después de ser herida a espada, revivió.

Hablará en contra del Altísimo y oprimirá a sus santos; tratará de cambiar las fechas importantes y también las leyes, y los santos quedarán bajo su poder por un tiempo, dos tiempos y medio tiempo.

porque en ti se halló sangre de profetas y de creyentes y de todos los que han sido asesinados en la tierra».

porque Dios ha puesto en su corazón que lleven a cabo su divino propósito. Por eso, y de común acuerdo, ellos entregarán a la bestia el poder que tienen de gobernar, hasta que se cumplan las palabras de Dios.

»La humanidad es necia e ignorante; todo orfebre se avergüenza de sus ídolos. Sus imágenes son un engaño y no hay en ellas aliento de vida.

La humanidad es necia e ignorante; todo orfebre se avergüenza de sus ídolos. Sus imágenes son un engaño y no hay en ellas aliento de vida.

Sus ídolos no pueden hablar; ¡parecen espantapájaros en un huerto de pepinos! Tienen que ser transportados, porque no pueden caminar. No les tengan miedo, porque no les pueden hacer ningún mal, pero tampoco ningún bien».

Tienen boca, pero no pueden hablar; ojos, pero no pueden ver.

Y Dios el Señor formó al ser humano del polvo del suelo; entonces sopló en su nariz aliento de vida y el hombre se convirtió en un ser viviente.

Le harán la guerra al Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes. Los que están con él son sus llamados, sus escogidos y sus fieles».

Oí que el ángel de las aguas decía: «Justo eres tú, el Santo, que eres y que eras, porque has juzgado correctamente.

Pues, como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

¡Ay del que dice al madero: “Despierta”, y a la piedra muda: “Levántate”! Aunque están recubiertos de oro y plata, nada pueden enseñarle, pues carecen de aliento de vida.

Quise saber también acerca de los diez cuernos que tenía en la cabeza, y del otro cuerno que le había salido y ante el cual habían caído tres de ellos. Este cuerno se veía más impresionante que los otros, pues tenía ojos y hablaba con insolencia.

Y el dragón se plantó a la orilla del mar. Entonces vi que del mar subía una bestia, la cual tenía diez cuernos y siete cabezas. En cada cuerno tenía una diadema y en cada cabeza un nombre blasfemo contra Dios.

Ejercía toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella y hacía que la tierra y sus habitantes adoraran a la primera bestia, cuya herida mortal había sido sanada.




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