Porque es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios; y si comienza por nosotros, ¿cómo será el fin de los que se rebelan contra el evangelio de Dios?
Sin embargo, el Señor sintió afecto por tus antepasados y los amó; y a ti, que eres su descendencia, te eligió de entre todos los pueblos, como lo vemos hoy.
Tú has cumplido las advertencias que hiciste a nuestros gobernantes y a nosotros; has traído sobre nosotros esta gran calamidad. Jamás ha ocurrido bajo el cielo nada semejante a lo que sucedió con Jerusalén.
Maten a viejos y a jóvenes, a muchachas, niños y mujeres; comiencen en el Templo, y no dejen a nadie con vida. Pero no toquen a los que tengan la señal». Y aquellos hombres comenzaron por matar a los ancianos que estaban frente al Templo.
Así dice el Señor acerca de este pueblo: «Les encanta vagabundear; no refrenan sus pies. Por eso yo no los acepto, sino que voy a recordar sus iniquidades y a castigar sus pecados».
¿Qué dirás cuando el Señor te imponga como jefes a los que tú mismo enseñaste a ser tus aliados predilectos? ¿No tendrás dolores como de mujer de parto?
Derrama tu furor sobre las naciones que no te reconocen y sobre las familias que no invocan tu nombre. Porque se han devorado a Jacob, se lo han tragado por completo y han asolado su morada.
Yo estoy por convocar a todas las tribus de los reinos del norte», afirma el Señor. «Vendrán y cada uno pondrá su trono a la entrada misma de Jerusalén; vendrán contra todos los muros que la rodean y contra todas las ciudades de Judá.
Por su parte, hoy mismo el Señor ha declarado que tú eres su pueblo, su propiedad exclusiva, tal como lo prometió. Obedece, pues, todos sus mandamientos.
Estos son los clanes de los hijos de Noé, según sus genealogías y sus naciones. A partir de estos clanes, las naciones se extendieron sobre la tierra después del diluvio.
De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios.
Todo por el deseo desenfrenado de una prostituta seductora, maestra en hechicerías. Esclavizó naciones con su prostitución, y pueblos, con su brujería.
Me han ofrecido sacrificios y ofrendas, y se han comido la carne, pero el Señor no se agrada con ellos. Ahora voy a recordar sus maldades y castigaré sus pecados; y tendrán que regresar a Egipto.
La llamaré a cuentas por los días en que quemaba incienso a sus baales, cuando se adornaba con zarcillos y joyas y, olvidándose de mí, se iba tras sus amantes», afirma el Señor.
Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del Señor y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo que ha prometido».
Investiguen los tiempos pasados, desde el día que Dios creó al ser humano en la tierra, y examinen el cielo de un extremo a otro. ¿Ha sucedido algo así de grandioso o se ha sabido alguna vez de algo semejante?
Así dice el Señor: «Por tres pecados de Judá y por el cuarto, no anularé su castigo, porque rechazaron la Ley del Señor y no obedecieron sus estatutos; porque se dejaron descarriar por falsos dioses, tras los que anduvieron sus antepasados.
¡Ay de los que viven tranquilos en Sión y de los que viven confiados en el monte de Samaria! ¡Ay de los notables de la nación más importante, a quienes acude el pueblo de Israel!
Por tanto, así dice el Señor: «Ahora soy yo el que piensa traer sobre ellos una desgracia de la que no podrán escapar. Ya no andarán erguidos, porque ha llegado la hora de su calamidad.
Tú ve y lleva al pueblo al lugar del que te hablé. Delante de ti irá mi ángel. Llegará el día en que deba castigarlos por su pecado y entonces los castigaré.