«Ve y dile a mi siervo David que así dice el Señor: “¿Serás tú acaso quien me construya una casa para que yo la habite?
«Ve y dile a mi siervo David que así dice el Señor: “No serás tú quien me construya una casa para que yo la habite.
Pero aquella misma noche la palabra del Señor vino a Natán y le dijo:
«Ya que estás construyendo este templo, quiero decirte que, si andas según mis estatutos, y obedeces mis leyes y todos mis mandamientos, yo cumpliré por medio de ti la promesa que hice a tu padre David.
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué casa me pueden construir? ¿Dónde estará el lugar de mi reposo?
Para echar los cimientos del templo, el rey mandó que sacaran de la cantera grandes bloques de piedra de buena calidad.
cuando Dios me dijo: “Tú no construirás un templo en honor de mi Nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado sangre”.
El ser humano hace planes, pero la palabra final la tiene el Señor.