Natán comunicó todo esto a David, tal como lo había recibido por revelación.
Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras,
porque sin vacilar les he proclamado todo el propósito de Dios.
Ustedes saben que no he vacilado en predicar todo lo que les fuera de provecho, sino que les he enseñado públicamente y en las casas.
Entonces el rey dijo al profeta Natán: —Como puedes ver, yo habito en un palacio de cedro, mientras que el arca de Dios se encuentra bajo el toldo de una tienda.
Tu casa y tu reino durarán para siempre delante de mí; tu trono quedará establecido para siempre”».
Luego el rey David se presentó ante el Señor y dijo: «Señor y Dios, ¿quién soy yo y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar tan lejos?