David se enojó porque el Señor había matado a Uza, así que llamó a aquel lugar Peres Uza, nombre que conserva hasta el día de hoy.
Pero Dios dijo a Jonás: —¿Tienes razón de enfurecerte tanto por la planta? —¡Claro que la tengo! —respondió—. ¡Me muero de rabia!
Pero esto disgustó mucho a Jonás y lo hizo enfurecer.
Entonces la ira del Señor se encendió contra Uza por su atrevimiento y lo hirió de muerte, de modo que Uza murió junto al arca de Dios.
Aquel día David se sintió temeroso del Señor y exclamó: «¿Cómo voy a traerme el arca del Señor?».
La primera vez ustedes no la transportaron ni nosotros consultamos al Señor nuestro Dios sobre cómo hacerlo; por eso él se enfureció contra nosotros».