Sucedió que al entrar el arca del Señor a la Ciudad de David, la hija de Saúl, Mical, se asomó a la ventana y, cuando vio que el rey David estaba saltando y bailando delante del Señor, sintió por él un profundo desprecio.
En cuanto dijeron al rey David que por causa del arca el Señor había bendecido a la familia de Obed Edom y toda su hacienda, David fue a la casa de Obed Edom y, en medio de gran algarabía, trasladó el arca de Dios a la Ciudad de David.
Luego miré y apareció el Cordero. Estaba de pie sobre el monte Sión, en compañía de ciento cuarenta y cuatro mil personas que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre.
Por el contrario, ustedes se han acercado al monte Sión, a la Jerusalén celestial, la ciudad del Dios viviente. Se han acercado a millares y millares de ángeles, a una asamblea gozosa,
Muchos pueblos vendrán y dirán: «¡Vengan, subamos al monte del Señor, al Templo del Dios de Jacob! Dios mismo nos instruirá en sus caminos y así andaremos por sus sendas». Porque de Sión saldrá la Ley, de Jerusalén, la palabra del Señor.
Entonces Salomón mandó que los jefes de Israel, todos los jefes de las tribus y los patriarcas de las familias israelitas se congregaran en Jerusalén para trasladar el arca del pacto del Señor desde Sión, la Ciudad de David.
Entonces el rey Salomón mandó que los jefes de Israel, todos los jefes de las tribus y los patriarcas de las familias israelitas se congregaran ante él en Jerusalén para trasladar el arca del pacto del Señor desde Sión, la Ciudad de David.
Salomón entró en alianza con el faraón, rey de Egipto, casándose con su hija, a la cual llevó a la Ciudad de David mientras terminaba de construir su palacio, el templo del Señor y el muro alrededor de Jerusalén.
Aquel día David dijo: «Todo el que vaya a matar a los jebuseos, que suba por el acueducto, para alcanzar a los cojos y a los ciegos. ¡Los aborrezco!». De ahí viene el dicho: «Los ciegos y los cojos no entrarán en el palacio».
¡Yo estoy contra ti, Jerusalén, habitante del valle, en la llanura rocosa!”, afirma el Señor. “Ustedes dicen: ‘¿Quién podrá venir contra nosotros? ¿Quién podrá entrar en nuestros refugios?’.
Salún, hijo de Coljozé, gobernador del distrito de Mizpa, reconstruyó la puerta de la Fuente, la techó y la colocó en su lugar con sus cerrojos y barras. Reconstruyó también el muro del estanque de Siloé, que está junto al jardín del rey, hasta las gradas que llevan a la Ciudad de David.