La tierra tembló, se estremeció; se sacudieron los cimientos de los cielos; temblaron a causa de su enojo.
Sus relámpagos iluminan el mundo; al verlos, la tierra se estremece.
Aterrados por su reprensión, tiemblan los pilares de los cielos.
Tu estruendo retumbó en el torbellino y tus relámpagos iluminaron el mundo; la tierra se estremeció con temblores.
»Oh Señor, cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde los campos de Edom, tembló la tierra, fluyeron los cielos, las nubes derramaron agua.
Sucedió que hubo un terremoto violento porque un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella.
Ante él tiemblan las montañas y se desmoronan las colinas. Ante él se agita la tierra, el mundo y todos los que en él habitan.
La tierra tembló, se estremeció; se sacudieron los cimientos de los montes; temblaron a causa de su enojo.
Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.
En ese momento, la cortina del santuario del Templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. La tierra tembló y se partieron las rocas.
la tierra se estremeció, el cielo derramó su lluvia delante de Dios, el Dios de Sinaí, delante de Dios, el Dios de Israel.
Se recogen con un hierro o con el asta de una lanza y ahí el fuego los consume».
Te abriste camino en el mar, pasaste entre las muchas aguas, y no se hallaron tus huellas.